Debe su nombre a Flora, Diosa de las flores en la mitología romana. Se celebra en el mes de mayo y simboliza el ciclo de renovación de la vida, marcada con bailes, bebidas y flores.
La Ciudad Romana de Cáparra nos sirve de escenario para organizar la fiesta romana Floralia. Aquí por un día se vuelve a vivir en “Roma” Todo el yacimiento se transforma para volver a sus orígenes. Se recrea la vida en Roma: soldados paseándose velando por la seguridad de los ciudadanos, mujeres ataviadas con coronas, trajes, perfumes y bailes que emulan a las verdaderas romanas, esclavos que con resignación se someten a su propia venta (como siempre fue), emperadores que despliegan su poder, música e incienso que literalmente transporta, cuádrigas reales que dan idea de la grandeza de un imperio, campesinos en castros vetones que están sometidos a la tiranía del administrador romano, centuriones que en grupo desfilan y ponen el vello de punta, danzas y pasarelas romanas que exhiben la gracia y alegría de lo femenino, un variado mercado donde puedes observar, comprar, degustar y adquirir los productos que escrupulosamente (en la medida de lo posible) se compraban en la época: joyas, embutidos, dulces, perfumes, especias, reproducciones,…. A esto añadimos la permanente visita guiada al yacimiento que te permiten comprender que “son estas piedras” que tanta belleza aportan. Y llegamos finalmente al “reposo del guerrero”. Para ello tenemos una opción muy sugerente: la taberna romana, donde puedes beber, tapear o comer durante todo el día, obviamente productos y guisos que ya en Roma se degustaban.
- Reportaje fotográfico del último año (pinchar para acceder a fototeca)